viernes, 8 de agosto de 2008

El retraso de los radares comprometidos por el Gobierno da alas a la llegada de nuevas pateras

ALICANTE. Los temores se han confirmado. La llegada de tres nuevas pateras a las costas alicantinas pone una vez más de relieve la situación de vulnerabilidad ante este fenómeno en que se encuentra el litoral de la Comunidad Valenciana, en especial el de Alicante. La localización, ayer, de tres pequeñas embarcaciones vacías de unos 4,5 metros de eslora con ropa y restos de comida en su interior, entre las rocas de Cala Redonda, en Torrevieja, viene a constatar la falta de medios dirigidos a detectar la llegada de este tipo de embarcaciones. Lo que parece claro, según fuentes municipales, es que la única unidad móvil que debe vigilar los 220 kilómetros de costa no se encontraba ayer frente al municipio. Según informaron fuentes de la Subdelegación de Gobierno, «no se puede afirmar que se traten de pateras hasta que no lo determine la investigación abierta por la Guardia Civil; de momento, son simplemente tres barcas encontradas con restos de comida y ropa en su interior». Pero el hecho es que este caso recuerda demasiado el de la patera encontrada el pasado noviembre en una cala de Benidorm, en la que un pescador encontró una embarcación vacía de similares características; el hallazgo se produjo unas horas antes de que fueran detenidos dos individuos extranjeros con ropas mojadas, posibles ocupantes de la barca. Ya son unos 140 los inmigrantes irregulares llegados a las costas valencianas a bordo de esta clase de embarcaciones con riesgo extremo para los que intentan la aventura, según señaló ayer el conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, quien insistió en la necesidad de reforzar las medidas de vigilancia del litoral de la región. «El Consell es solidario con el Gobierno a la hora de atender a los centenares de inmigrantes que anualmente son trasladados desde Canarias, Ceuta y Melilla, por lo que también debería implicarse en evitar la llegada de irregulares y en la dotación de medios para atender a estas personas», dijo. En consecuencia, exigió al Ejecutivo celeridad en la instalación de los radares fijos que Interior se comprometió a habilitar hace ya un año. En septiembre se cumplirá un año desde que se detectara la arribada de una patera a las costas de la Comunidad Valenciana. La mayor vigilancia y la dotación de radares fijos en las rutas «tradicionales» propició la búsqueda de una nueva puerta de entrada a la inmigración ilegal. Hasta cinco embarcaciones con ilegales llegaron a las playas de Guardamar, Pilar de la Horadada, El Campello y Benidorm. Desde entonces, el fenómeno ha sido recurrente. Pese a que la instalación de los radares fijos para vigilar las costas de Alicante fue aprobada en julio del año pasado, aún no se ha hecho efectivo su despliegue. Fuentes de la Subdelegación de Gobierno señalaron que las cuatro unidades del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) «ya se han adjudicado, con lo que está previsto que comience a estar operativo a finales del presente año o a principios del próximo». La urgencia de estas instalaciones está asimismo movida por la necesidad de controlar a las mafias del narcotráfico, que entre sus destinos han elegido el litoral valenciano. Las comunidades de Murcia y Baleares se enfrentan a una idéntica situación. Así, en total ya son los 577 inmigrantes llegados en 2007 de esta forma irregular. Esta cifra supone un incremento del 7.000 por ciento, en comparación con el año 2006. «Falta de lealtad» institucional Por su parte, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, quien se enteró de la llegada de las embarcaciones por los medios, lamentó «el oscurantismo y falta de transparencia y de comunicación con las que el Gobierno somete a la Generalitat, que debería enterarse de estas cuestiones de primera mano y no por los medios de comunicación». Esto demuestra «la poca voluntad de trabajar de forma conjunta para solucionar los problemas de los ciudadanos». Al respecto, recordó que en su primera reunión con el delegado de Gobierno, Ricardo Peralta, le ofreció lealtad institucional y toda la colaboración para solucionar cuestiones que preocupan a los valencianos. Asimismo, destacó que en anteriores ocasiones en las que han llegado embarcaciones ilegales a las costas, el Consell ha informado diligentemente a las autoridades competentes, algo que, concluyó, no se produce a la inversa.

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